El Esperanto es un idioma creado para facilitar la comunicación entre los pueblos del mundo entero.
Más de cien años de uso práctico hacen del Esperanto un idioma viviente, capaz de expresar cualquier faceta del pensamiento humano.
Es in idioma internacional y neutral, dado que pertenece a todos los pueblos y proporciona comunicación entre personas de todo el mundo, sin intenciones de hegemonía cultural, política, religiosa o económica.
Quien aprende Esperanto tiene el privilegio de poseer dos ciudadanías que se integran y enriquecen mutuamente; la primera es la que todos reciben automáticamente cuando nacen. Esta ciudadanía está influida por las tradiciones, costumbres y creencias de cada país o región, es decir, por la cultura local. La segunda de las ciudadanías la ganamos cuando, voluntariamente, optamos por ser "ciudadanos del mundo" a través del Esperanto. Es una ciudadanía más amplia que la anterior y engloba toda una cultura mundial, en sus más diversas manifestaciones.
Los que optan por esta "doble nacionalidad" a través del Esperanto son llamados Esperantistas. Son personas que no sólo conocen la lengua, sino que además la usan para comunicarse con esperantistas de otros países, para establecer contactos con otras culturas diferentes y son activistas en la divulgación y defensa de la idea de un Idioma Internacional.
Después del surgimiento del Esperanto, las personas que lo aprendieron sintieron la necesidad de organizar grupos para la práctica, enseñanza y divulgación del idioma. Con el paso del tiempo, estos grupos crecieron, algunos traspasaron las fronteras de su país de origen, surgieron grupos nuevos, y hoy día hay centenares de organizaciones esperantistas en funcionamiento en el mundo entero.
Conjuntamente con los esperantistas, estos grupos conforman el Mundo del Esperanto ("Esperantio") y las acciones que se desarrollan en él constituyen lo que convencionalmente se llama Movimiento Esperantista.
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